He decidido
partir a un lugar cercano como distante
Donde los colores
no se parecen a mis bosques
Donde las carreteras
entre gente tiesa corren...
Silban tonos
raros, tan raros como sus trenes, caminos, ríos,
Tan ajenos a los
nuestros, como los nuestros son para ellos
Cada paso es un descubrir indeleble,
insospechado
Cada hombre un
destino distinto, el mío es unir mis labios y
Espíritu de
roble, a esa mujer...
América es mi
tierra, vientos que nacen de los huesos
Del cielo,
alfombra de ojos
Voy a amar a otras
patrias, a besar sus sueños
Los de mi amada,
la que la vida me dio
Para construir el
mundo nuevo, la tierra es nuestra
Para heredar la
fraternidad de los que rompen cadenas
Para verse en los
espejos del presente y reflejar futuro
No me he de
rendir, he de ser lo que decidimos ser
No un panfleto
yerto en las sombras de un mundo ajeno,
Sino la viva voz
del que ha despertado de su largo tormento
Las páginas se
escriben y se arman de amor, dicen « verdad »
En los ojos de la
mujer amada, en el pelo rojo del amanecer
Ernesto R. Centurión
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